Se escribe (...) porque se tiene algo para decir: sobre sexualidades, dietas, militancias, plataformas audiovisuales, docencias, activismos o redes sociales. Se escribe para que la voz se patentice como umbral de esas cualidades impropias que revela la invención de una misma en el rodeo por ciertos objetos, juegos y experiencias. Se escribe -como hacen los autores de este libro- para dejar testimonio del temblor que puso en jaque la tiranía de la norma injusta y para reinventar la feliz aventura que lo hizo posible.
Nadie viene sin un mundo - Comp. Virginia Cano
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