En la observación de paisajes que avanzan, persiguen y respiran como animales o espías, y los pequeños rituales de afecto que los cuerpos ofrecen, Eugenia Perez Tomas, como si fuera el momento de soplar las velitas, en un tímido rayo de lucidez, pareciera preguntarse en voz baja:¿existe la bondad? Y si acaso existe, ¿puede desearse? La poesía de Eugenia se enciende en ese torbellino de cortes, voces y miradas, superponiendo texturas que van de la perturbación a la ternura, no con el fin de fijar la belleza sino con la obsesión por dar con la pequeña falla, el error en las escenas, la pregunta. Así en Los buenos deseos, no es precisamente el deseo lo que hace fluir el ritmo sino el tejido de una voz que raspa y confunde, haciendo de lo roto o lo difícil, lo artificial o natural, algo deseable: una corriente vital. (María Florencia Rua)
top of page
$1.350,00Precio
bottom of page